sábado, 30 de mayo de 2015

Cierre de la Luna Negra

29 de Mayo
Missouri


Cerremos el Capítulo de la Luna Negra… por ahora.

      Debe ser que tengo un aspecto muy fuerte con mi luna negra en estos momentos, déjenme corroborar si es así… efectivamente así es. Partil con una y en conjunción con la otra, eso son aspectos astrológicos que significan “prepárate que esto es intenso ¡Oh Di-os!”… por lo tanto, aunque esté tomando té en el inframundo y café en el Olimpo voy a tratar de quedarme con ustedes, dejar mi área de confort y mi dualidad para otro momento. 

Cierre de la Luna Negra - Dinorah Lugo

La Luna Negra y uno de sus arquetipos.

      Desde tiempos milenarios la luna negra ha marcado nuestra vida, su fuerza en los temas religiosos, mitológicos y psicológicos. Ha dejado establecido la fuerza que ha ejercido en nuestra historia. 

     Muchos libros, muchas historias sobre la parte oscura del ser, representados en estos arquetipos femeninos.

   Astrológicamente y después de muchos estudios, varios autores como Demetra George, Ivy Goldnestein y Joëlle de Gravelaine, por nombrar algunos y sin meterme en profundidades, dieron a conocer varios arquetipos de la luna negra tomando en cuenta los asteroides.

     Para Dinorah Lugo, la Luna negra, es como nosotras las mujeres, diez conviviendo en una; no soy excluyente de los hombres que quede claro, pues como sabemos, la energía de lo masculino y lo femenino está integrado en cada individuo, simplemente fue una manera fácil de expresar la luna negra.


     A través de mis escritos trato de que la información sea simple y clara. Es cierto que soy astrólogo, pero también es cierto que soy un ser humano común y corriente, que a través de estos escritos trato de hacerme entender de manera simple y concreta; me gusta que las personas se sientan identificadas con lo que escribo, siempre respetando el proceso individual y personal de cada uno de ustedes. Siempre he dicho, que si cuatro personas están sentadas alrededor de un objeto, todas van a ver el mismo objeto en el mismo instante, pero de diferentes formas, pues tomando en cuenta en que sitio esté cada uno sentando, las perspectivas del mismo serán distintas. Así es la luna negra, sombra y luz en el mismo espacio, pero con diferentes asientos para reconocer y unificar la dualidad.

     Por lo tanto voy a terminar el ciclo de la luna negra respetando esta historia ancestral y a ustedes, queridos compañeros de viaje, les dejo el asiento de su preferencia:


Antes que Eva, Lilith...

    Leyendo la Biblia nos enteramos que hay allí escritas dos versiones acerca de la creación del hombre. En el capítulo uno del Génesis, se dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Por lo tanto, la mujer y el varón fueron creados al unísono. Una segunda versión aparece relatada en el capítulo dos. Aquí se dice que luego de crear Dios a Adán y convencido de que no era bueno que el varón estuviese sólo, creó a los animales y luego, haciendo caer a Adán en un sueño profundo, cito: “de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”. Esta fue Eva, la del fruto prohibido.


  Los cabalistas intentaron muchas interpretaciones para explicar la contradicción entre las dos versiones. Una sugiere que Adán fue creado inicialmente como un andrógino que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda. Luego, Dios lo dividió. 

        Otra interpretación aparece en el Alfabeto de Ben Será, medras del siglo X. Basándose en dicho texto, el mitólogo Robert Graves relata que la primera mujer de Adán no fue Eva sino Lilith: “Dios creó a Lilith, la primera mujer, como había creado a Adán, salvo que utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro”.

     Sin embargo, tomando otra fuente, el Yaqui Rebuena, Graves nos aporta otro relato, en el que la información choca con la anterior: “Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. "¿Por qué he de recostarme debajo de tí?" – preguntaba – "Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual" ”. Como Adán permanece intransigente, Lilith invoca el nombre de Dios, quien le da alas. Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, decidió abandonar el Paraíso, antes que someterse y renunciar a sí misma. 
      Invocó el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave. Ella se aleja, volando, del lado de Adán. Él se queja al Creador que, condolido por el desamparo del varón, envía a tres ángeles a buscar a Lilith (Senoy, Sansenoy, y Semangelof).


     Luego Lilith tomó residencia en una cueva en las costas del Mar Rojo, donde hasta estos días se encuentra según la leyenda. Ella acepta a los demonios del mundo como amantes, y desova muchos miles de niños demonio. Fue llamada Madre de los Demonios, esposa de Asmodeus, el Rey de los Demonios. 
       Ella se niega a volver. Sabe que, por orden de Dios, a su regreso le espera hacerse cargo de todos los niños recién nacidos. Lilith quiere permanecer en el Mar Rojo, región en la que abundaban los demonios lascivos, con los que había dado a luz a varios lilim (demonios bebé). El castigo de Jehová por esta negativa de Lilith a regresar al lado de Adán consistirá en hacer perecer cada día un centenar de sus hijos.

    Lilith exclamó que incluso esta suerte era mejor que regresar al Edén y a la sumisión por Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo una terrible proclamación. En respuesta por el dolor infligido, mataría a los hijos de Adán.

    Ante la negativa de Lilith de regresar con Adán, Dios decidió dar una nueva compañera a su creación pues proclamo que “No es bueno que el hombre esté solo”; creó a Eva a partir de una de sus costillas, y por lo tanto “sumisa” al hombre.

     En la Biblia también es nombrada Lilith:

Isaías 34:14
«Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilith y en él encontrará descanso». 

Génesis 2:4-25
«Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó». 


La interpretación de Lilith

    Como verán no ha sido fácil para la humanidad cargar con esto de la Luna Negra.

     Reconocer, concientizar y transformar la oscuridad con la que nacemos es un trabajo de relojería que lleva en sí, aceptación y liberación. 


      La luna negra describe nuestra relación con lo absoluto, con el sacrificio como tal, y muestra como nos desapegamos. En sus tránsitos indica alguna forma de castración o frustración, a menudo en las áreas del deseo, una incapacidad de la psique o una inhibición general. 
   De otra manera muestra donde nos cuestionamos a nosotros mismos, nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras creencias, pero también nos muestra como “desapegarnos” de algo.

     Muestra dónde podemos dejar que la totalidad fluya dentro de nosotros, sin atravesar un "Yo" en el camino, sin levantar un muro en forma de Ego. 

      Al mismo tiempo, NO indica pasividad: al contrario, simboliza la firme voluntad de estar abierto y confiado, de dejar que lo trascendental fluya a través de uno, confiando enteramente en las grandes leyes del universo. 

         Para transformarnos y abrazar la vida en su totalidad debemos sentir un vacío necesario que unirá nuestra dualidad y la transformará en una unidad.

     Así, que todos debemos encontrar a Lilith, honrarla, reconocerla y transformarla en cada etapa de nuestra historia…

     Porque los ciclos de la vida son tuyos, son míos y son nuestro.





Dinorah Lugo.

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